Si eres una persona joven; posiblemente no estés tan preocupada por sufrir esta patología en un futuro; pero hay ciertos factores de riesgo que te alertan de que estás en un grupo de riesgo:
Sobrepeso: Estar por encima del peso ideal genera una "carga" en nuestras articulaciones que se ven forzadas a aguantar más peso del habitual, sobretodo articulaciones de apoyo como serían las rodillas y la espalda.
Microtraumatismos de repetición: En muchos trabajos realizamos movimientos mecánicos y los repetidos movimientos crean micro roturas en los cartílagos que hacen que se desgasten más rápido.
Antecedentes familiares: Cómo en casi todas las enfermedades hay un factor génico.
Algunas señales nos alertan de que algo no está yendo bien; cuando ocurren las siguientes molestias es aconsejable consultar con tu médico:
Crujidos: Sentir un crujido sordo tras realizar un movimiento brusco.
Dolor: El dolor que aparece tras un esfuerzo, se calma con el reposo o el dolor en reposo que desaparece al reiniciar la actividad.
Poca Movilidad: No poder realizar la acción de articular de manera completa.
La artritis es otra enfermedad responsable del dolor articular. Se diferencia de la artrosis en que la artritis es una inflamación de la membrana que protege los cartílagos que se conoce cómo membrana sinovial; provocando no sólo dolor si una también una inflamación apreciable a la vista más acentuada por las mañanas.
Minerales protectores: Azufre (precursor de condroitin sulfato y sulfato de glucosamina) y Calcio.
Vitamina C: Es antioxidante y ayuda en la formación de colágeno.
Brocoli: Según un estudio de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) asegura que su contenido en sulforafano no sólo tiene efectro preventivo sino que además bloquea la enzima que ocasiona los daños.